Alergias e intolerancia a la lactosa en la lactancia

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Cuando la lactasa disminuye o pierde su función se produce la intolerancia a la lactosa (IL). Este trastorno, común en la infancia, se presenta con dolor, molestias abdominales, diarrea, flatulencia, distensión abdominal, náuseas e incluso vómitos. Durante la infancia, la situación más habitual es la IL secundaria, que surge de manera pasajera después de un cuadro de diarrea o gastroenteritis aguda y su tratamiento más usual suele ser la exclusión de la lactosa en la dieta.

No se debe confundir esta intolerancia con la alergia a las proteínas de la leche de vaca (APLV). La APLV se genera por una reacción del sistema inmunitario a las proteínas de la leche de vaca y en este caso, sus síntomas son muy diversos: los más habituales son los cutáneos (urticaria, dermatitis atópica, angioedema), pero también pueden aparecer reacciones gastrointestinales, síntomas respiratorios e incluso anafilaxia.

 Síntomas de alarma

  • Vómitos y/o regurgitaciones frecuentes
  • Estreñimiento o diarreas prolongadas, sangre en las heces
  • Disfagia, dolor cólico
  • Dermatitis atópica, angioedema, urticaria
  • Rinorrea, sibilancias, tos crónica
  • Irritabilidad intensa, alteraciones del sueño
  • Anafilaxia
  • Disminución de la ganancia o pérdida de peso
  • Deshidratación (boca seca, somnolencia, disminución de la diuresis)

Intolerancia a la lactosa: consejos

  • Existen fórmulas sin lactosa que pueden usarse en caso de diarrea con intolerancia transitoria o secundaria a la lactosa. Estas contienen los requerimientos nutricionales del lactante y contribuyen a una recuperación más rápida de la diarrea aguda. Hay que remarcar que, aunque las IL primaras no pueden curarse, la mayoría de niños consiguen tolerar cierta cantidad de lactosa.
  • La lactosa se encuentra en muchos productos y se utiliza como excipiente en algunos medicamentos. Se debe leer con atención el etiquetado de los productos durante el período de exclusión.
  • Una vez solventado el cuadro, es aconsejable volver a introducir la lactosa en pequeñas cantidades.
  • En caso de necesidad, hay que presentar alternativas, como los probióticos, que contribuyan a mejorar los síntomas.

 

APLV y alergias alimentarias: consejos

  • Lo primero, tranquilizarse: la APLV acostumbra a manifestarse a lo largo del primer año de vida al empezar la lactancia artificial. Aun así, la mayoría de los niños suelen conseguir una tolerancia natural, con remisión hasta en el 80% de los casos a los 5 años.
  • Si se lleva a cabo la lactancia materna, esta no debe dejarse (es el mejor método de prevención de la APLV), pero la madre ha de evitar al máximo ingerir leche y sus derivados.
  • En el caso de lactancia artificial, se deberán usar fórmulas especiales.
  • Si se ha iniciado la alimentación complementaria (AC), no hay que utilizar leche de vaca, derivados lácteos (yogures, queso) ni leche de otros mamíferos (cabra, oveja) como alternativa.
  • Revisar la etiqueta de los productos: la lista de alimentos que contienen proteínas de leche de vaca es muy extensa.
  • Lactantes con alto riesgo de alergia (al menos, uno de los padres o hermano con enfermedad alérgica documentada): si requieren suplementos para la lactancia materna, se sugiere emplear una fórmula extensamente hidrolizada hasta los 4 meses de edad.

FÓRMULAS INFANTILES ESPECIALES

  • Fórmulas sin lactosa. La lactosa es reemplazada parcial o totalmente por otro hidrato de carbono (dextrinomaltosa o polímeros de glucosa).
  • Fórmulas parcialmente hidrolizadas (hipoalergénicas). Indicadas en la prevención de las manifestaciones de alergia (no en el tratamiento de la APLV).
  • Fórmulas extensivamente hidrolizadas. Las proteínas se someten a un alto grado de hidrólisis, para obtener pequeños péptidos con menor capacidad antigénica. Se usan en lactantes con APLV.
  • Fórmulas semielementales. Además de la hidrólisis proteica, se modifican los hidratos de carbono (sin lactosa) y las grasas. Indicadas en lactantes con APLV, especialmente asociada a desnutrición y mala digestión
  • Fórmulas elementales. A base de aminoácidos sintéticos, sin lactosa y con modificaciones en las grasas. Se emplean en lactantes con APLV que no toleran las anteriores fórmulas.
  • Fórmulas de soja. Soja como fuente proteica. Estas fórmulas pueden usarse en lactantes mayores de 6 meses con APLV sin patología asociada, como desnutrición o problemas digestivos.